Verdad

No quería mentir. Y no, no es que no supiera la respuesta. Creo que siempre estuvo clara en mi cabeza...
Todo empezó en ese momento que me sentí sola. De esa soledad horrible que deja mal, que te aísla y te hace creer que en verdad no hay salida. Sentí la soledad de saberme sin alguien a quien llamar, sin amigos y sin familia.
Ahora que lo escribo tal vez podría decir que exageraba pero fue lo que sentí. Los oscuros pensamientos llenaban todo y llego un momento en que deje de luchar, de "intentar"si es que así se le puede llamar a lo que hice y deje que se lo llevará todo.

Y entonces pude tomar distancia para mirar mi tablero, me aleje de todos y comencé a desentrañar el juego, pero esa distancia no era suficiente, ya miraba el tablero pero no el contexto, no a mi oponente y no mi juego. Así que tome más distancia. Cambie mis rutinas, mis acompañantes y comencé a demoler los muros que había contruido desde la seguridad de la lejanía. Y entonces al fin me alcanzo la luz que había extrañado, me alcanzo el calor, tu calor. Al principio debo admitir que fue raro pero ahora te agradezco que hayas compartido tu estilo de vida, tus pensamiento y tu amistad conmigo esos meses porque entonces pude mirar todo. Y claro que perdí cosas en el camino, cosas que ya había perdido si puedo serte sincera, no es que no lo supiera, para todo eso tome la distancia pero para fines sociales seguían presentes, así que darlas por terminadas publico, real y en la cara; no voy a mentir, dolió como una honda puñalada.
Afortunadamente no era la misma y después del drama, decidí secarme los ojos y mirar adelante, lo que había perdido desde antes o en ese momento ya no era lo que me hacía seguir.

Hallarte estúpidamente solo, frío y en miseria te enseña una o dos cosas y te hace valorar otra. La familia.
Sí, es trillado, algo que ya deberías saber, algo nada sencillo pero algo que está. Yo tenía, tengo una hermosa familia que estaba ahí, en la que podía apoyar todo el dolor y la miseria y la soledad. Fue ahí cuando lo decidí. Y espero que al escribir todo esto no quede como conveniencia o solo mi egoísmo queriendo salir del pozo, aunque si lo es esta bien, espero serte conveniente también...
Decidí (aún no decido si egoistamente) que lloraba por mi soledad sin mirar que tenía justo y literalmente a mi lado a una gran persona y si ya había dado por perdido todo, decidí que esa no sería otra cosa agregada a la lista y cambie, cambie todo.

No puedo recordar si fue como un choque de culturas, brutal y sangriento o algo mas sutil pero empecé a cambiar para ganarme estar cerca de ti. Porque claro que para que yo pudiera apoyarme en ti como lo hago ahora, ciega e incondicionalmente (aunque también me haces sufrir) tenía que ser para ti justo eso. Alguien incondicional.
Quiero creer que lo estoy haciendo bien en la parte reciproca porque tu sigues a mi lado de una bella manera y no me he sentido sola otra vez. A veces aún los pensamientos llegan abruptos y golpean pero pienso que soy un poco más fuerte. Claro que no te seguiré como un paría que no te deja hacer tu vida como lo imagino y te lo cuento, verte realizada es lo que más feliz me haría. Pero saber que estás llena el vacío que no sabía como rellenar en mi pecho.
Estar o sentirse solo es la cosa más jodida de la vida.

Así que sí, si sé justo cuando empezaron a ir mejor las cosas.
Cuando empece a valorarte, a amarte y amarme, a creer que eso que tanto decían no es mentira. La familia es mi lazo más fuerte, es la cuerda que nunca me dejará caer y si me caigo estará ahí para levantarme.
La soledad se hizo a un lado cuando le presente a quien ocuparía su lugar en los espacios oscuros.

Hermana, eres justo el regalo que quería de San Valentin, amor.
Te amo.

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