peRdone señOres mi lástima:

Estúpidas personas presumidas, vanas y sin sentido.
Se pavonean como si supieran del amor y de la vida. Creen que lo han vivido todo y que no hay dolor más grande que el ser dejados. Tan tristes. Me dan lástima.
Realmente no saben nada. No conocen el verdadero dolor que te desgarra el alma y te parte. Te deja inmóvil. 
Esas personas que sólo han vivido sus vidas de manera tan deplorable, que creen que sólo lo que ven y escuchan es real. ¿Qué van a saber ellos?
No conocen de dolores y enfermedades. NO saben lo que es amar a alguien de tal manera que te mata verle consumirse poco a poco sin poder hacer nada. AMAR realmente al extremo que no puedes avanzar y sin embargo sacas fuerzas de ese propio dolor para poder regalarle una falsa sonrisa que tranquilice su alma más dolida aún que la tuya. 
No conocen de la verdadera perdida. Esa que te deja vacío, se lleva todo y no que da más que encerrarlo en cajas que se van acumulando hasta que te acabas a ti mismo. 
AMAR; que triste que sólo lo consideren un placer no más que humano. Un éxtasis mundano que no va más allá de un placer físico. 
Los que verdaderamente aman son aquellos llenos de heridas, cicatrices que no pueden sanar, son aquellos que lloran en silencio y regalan lo poco que les queda a los demás. Son aquellos que no buscan la felicidad, ni siquiera les hes conocida o cercana; porque amar es dolor, es sacrificio es plenitud incompleta. Es preocuparte de ti mismo para no preocupar a los demás.
Amar va más allá de sólo encontrar a tu "otra mitad".  Cuando tu vida a estado llena de perdidas y despedidas, cuando todo lo que has hecho es amar... aunque incomprensible llegas al límite y ya no puedes más. 
Parece tan injusto que se dejen tirar al vació por tan poco dolor. Parece casi de risa que se crean lastimados por tan poco. Me gustaría invitarlos a sentir el verdadero dolor. El límite de la línea, la decisión que marca todo. Me gustaría invitarlos a amar. 
Pero claro que esto es sólo un escrito de mi marchito corazón, desgastado por el dolor. Que ya no mira igual, que se sigue negando a amar para no tener que decir adiós, para no tener que estar a la espera de la perdida mortecina que llega a mi como vieja amiga. 
Esto no es más que un reclamo interno que no es dirigido para nadie. 
Me pregunto si es un grito de auxilio o una carta de Adiós. 
Me pregunto si sanare o sólo me atormento con razones sin sentido que me invento...

Mi corazón está más que gastado. Está dolido, está partido... está caducado y no queda más...

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